La victoria está hecha de ganar pequeñas batallas y cada batalla ganada es un pequeño triunfo que nos acerca a nuestra meta. Es muy importante y saludable celebrar estos puntos alcanzados. Puedes disfrutar de muchas cosas mientras llegas a tu objetivo, por ejemplo, dedicar una mañana completamente a ti, sin celulares, computadoras o responsabilidades que no sean el cuidarte y mimarte.
Pensarás que es difícil dedicarte unas horas si tienes responsabilidades o personas que dependan de ti, pero eso no significa que no puedas relajarte.
Si tienes hijos, pídele a un familiar de confianza (hermanos, padres, amigos íntimos) que cuiden de ellos por unas horas. Deja anotado el número de teléfono donde estarás disponible cualquier emergencia ( no vale como emergencia que el niño no quiso comer o que pase por el supermercado), infórmales que no estarás disponible en el celular y que es un tiempo que has decidido dedicarte.
Ahora sí, decide que quieres hacer con esas horas: puedes reservar en un spa para un masaje relajante o compartir unas clases de estiramiento o de baile con tu pareja. Por último, comparte con esa persona especial tus logros, ya sea unas libras de más, algunas pulgadas perdidas o simplemente que te sientes saludable y feliz.